16.8.05

XXXIV

Por lo sincero de sus dos términos, pocas expresiones más acertadas que “rueda de prensa”: una gira y la otra aprieta. Y así no hay quien se mueva. Deberían ambas olvidar para siempre ese desastroso encuentro que traiciona lo esencial de cada una. El deportista hace el deporte, la prensa lo escribe y el lector lo lee. Pero si el deporte no sabe hablar y la prensa lo recoge, al lector no llegarán más que bobadas. Cuánto agradecería el deporte no salir de lo suyo. Y aún más la prensa si en lugar de molestar, de deporte hablara. Así habría deportistas y no analfabetos. Periodistas y no recaderos. Y por supuesto lectores.