29.11.05

XLII

Puede que Petrovic, Sabonis y Kukoc rindieran en la NBA por encima de lo que los americanos esperaban pero por debajo de lo que los europeos deseaban. La diferencia estriba en que mientras unos creen que dieron allí lo que en verdad eran, los otros jamás dejarán de preguntarse por qué Petrovic murió pronto, Sabonis llegó tarde y Kukoc nunca fue lo más importante de su equipo. He aquí el triple acecho de una legítima e irresoluble insatisfacción.