24.3.05

X

No se ha dado aún la circunstancia de que un título NBA se resuelva en un último tiro al compás de la bocina luego de agotar los siete partidos completos. No me cuesta imaginar esa escena. Pero no puedo hacerlo sin convencerme de que no podrá salir de las manos el balón sin que con él viaje hasta el último soplo de vida del jugador. Por eso una bala que en ese preciso instante buscara dar muerte al autor del tiro no debería dirigirse al cuerpo. Debería hacerlo al balón.