31.3.08

CXXIV

Cuida el balón pero cuídate de su influjo. Cuando sea tuyo serás el centro de atención. Cuando no lo sea mira bien de quién lo eres y qué puedes hacer sin él. El balón es el dinero del juego.

28.3.08

CXXIII

La alegría es la emoción más valiosa. Y la más efímera. Nunca dura lo suficiente como para verse harto. No se juega para alcanzarla, sino para repetirla.

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27.3.08

CXXII

Todo jugador es único pero algunos lo fueron de verdad.

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22.3.08

CXXI

Evaluar a los jugadores como simple producto de técnica y física es como hacerlo con los hombres con ropa y sin ella.

CXX

Un líder es un tipo al que seguir sin darse cuenta.

CXIX

El verdadero valor de un jugador no lo establece la victoria, sino la memoria.

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CXVIII

Ataque y defensa precisan por igual la ambición de atacar.

CXVII

Cuando todo haya terminado
quédate unos segundos allí.
Porque muchas veces desearás
volver a estar donde ahora estás,
sentir lo que ahora sientes
y ser lo que ahora eres.

Quédate unos segundos allí,
mira a tu alrededor
y déjate ser el momento.

Porque ese momento ya no volverá
y la felicidad dura un instante.

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CXVI

Un equipo es un estado que rara vez se alcanza.

21.3.08

CXV

Dios creó a hombre y mujer.
El baloncesto, a Magic y Bird.

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CXIV

Balón y aro son al juego genitales. De todos depende su vida y de muy pocos su goce.

20.3.08

CXIII

La suerte en el baloncesto solo cabe en la memoria del derrotado.

18.3.08

CXII

Pertenece el fragor de nuestro juego a las diversiones que suspenden el sentido del humor.

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14.3.08

CXI

Hay dos tipos de tiradores. Los convencidos de que entre ellos y el aro hay demasiadas cosas y los que además juegan.

9.3.08

CX

El balón agrava la soledad. Por eso los pasadores son los menos solitarios.

8.3.08

CIX

Peor que las lesiones, temerlas.

7.3.08

CVIII

Aquella mañana de 1891 James Naismith alumbró en el gimnasio un nuevo juego. Años después estrechaba la mano de quien había sido su pupilo en el equipo de Kansas. Se llamaba Phog Allen y le relevaba en el cargo. Allen prosiguió su carrera hasta que uno de sus muchachos, Adolph Rupp, asumió la dirección del equipo de Kentucky. De los muchos jugadores a su mando, uno de ellos, Pat Riley, continúa ejerciendo hoy, adonde hemos llegado a través de tan solo cuatro nombres.

Qué joven es nuestro juego.

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5.3.08

CVII

Lo mejor de la estadística avanzada no es revelar casi todas las verdades. Sino desnudar casi todas las mentiras.

CVI

Del equipo titular es responsable el entrenador. Del fondo del banquillo, el jugador.