CXXVII
El suelo, de los anónimos.
El cielo, de las estrellas.
Pero sin anónimos,
ni suelo
ni cielo
ni estrellas.
El cielo, de las estrellas.
Pero sin anónimos,
ni suelo
ni cielo
ni estrellas.
Meditaciones y delirios del aro. Repensar el Baloncesto.