23.10.07

C

Una lejana noche del 62 un gigante hizo del baloncesto un juguete y de sus rivales, muñecos.

XCIX

Cuando el baloncesto se vuelve previsible el juego desaparece.

22.10.07

XCVIII

En una de las miles de veces que los Globetrotters cumplían su intención de divertir a la gente que acudía a ver sus partidos, aquella vez en una pequeña cancha de tierra al aire libre, la chillona risa de un muchacho durante toda la velada llamó la atención del equipo de Harlem. Las carcajadas del chico, de pie bajo una de las canastas junto a un anciano que parecía susurrarle, no se apagaban ni cuando el juego estaba detenido. Cuando todo terminó y movido por la curiosidad Meadowlark Lemon se acercó al joven y le preguntó: “Dime, ¿qué te causa tanta gracia?”. A lo que el chico respondió: “Soy ciego y no puedo veros, pero mi abuelo me va contando todo lo que hacéis y es maravilloso”. Conmovido Lemon corrió a contarlo a sus compañeros. Cada uno de ellos estampó su firma en el balón y se lo entregaron al muchacho.

20.10.07

XCVII

El tapón es un mate defensivo.

XCVI

Para medir el valor de un compañero importa menos la desdicha del equipo rival que la fortuna del propio.


XCV

Mejor pasar el balón al que lo espera que al que lo persigue.

18.10.07

XCIV

No se mide al ganador por la victoria sino por las ganas de ganar.

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XCIII

Tirar es la más valiosa apuesta del juego. Pero quien no hace otra cosa lo tira todo por la borda.

XCII

Quien entierra el pasado entierra el presente, que será pasado mañana, aunque ahora no lo sepa.